En este artículo Frids Gonzales Rimachi educador y especialista en tecnologías educativas, plantea una mirada crítica al uso creciente de herramientas como ChatGPT. Si bien la inteligencia artificial ha revolucionado la enseñanza y la gestión educativa, el autor destaca que detrás de esta innovación se esconde un alto costo ambiental y ético que como docentes y ciudadanos no podemos ignorar. ¿Estamos siendo conscientes de los recursos que consume la IA cada vez que la usamos?
A estas alturas creo estar en lo cierto al afirmar que no existe un docente que no haya trabajado con Inteligencia artificial o por lo menos conozca el término y de qué se trata.
Esta tecnología ha llegado para no solo no irse, sino además para ser parte de cada aspecto de nuestra vida diaria desde lo estrictamente personal hasta lo laboral. Las funciones que nos ofrece son encantadoras, la IA se ha convertido, sin lugar a dudas, en una fuerza revolucionaria en el mundo de la educación. Desde herramientas que ayudan a los profesores a calificar y crear planes de clases hasta sistemas avanzados que se adaptan a las necesidades de aprendizaje individuales de los estudiantes, su potencial es enorme.
Algunas plataformas, como ChatGPT, permiten el desarrollo de lecciones interactivas, mientras que las herramientas de generación de imágenes como Microsoft Designer, ayudan a los estudiantes a visualizar conceptos complejos. El impacto ya es perceptible, pero hablando de impacto: ¿Dónde más impacta el uso de la IA?
¿Quién escogió a quién?
El crecimiento exponencial de la oferta de plataformas, chatbots y herramientas potenciadas con IA generativa es cada día más abrumador. Y aunque esto parezca positivo, ¿Conocemos la procedencia y las políticas de uso de estas herramientas? o solo las usamos sin siquiera ponernos a pensar que hay detrás.
Para crear un contexto, hay que entender la base del desarrollo de la IA, partamos entonces de hechos como que para responder y generar nuevo contenido la inteligencia artificial se alimenta de información previa, esta información está almacenada en supercomputadoras con miles de GPU y que a su vez se sitúan en granjas conocidas como centros de datos.
Estos centros de datos consumen enormes cantidades de energía y recursos hídricos para su funcionamiento durante las 24 horas del día, todos los días de la semana, todos los meses del año. En palabras de Manuel Fernandez Cogestor del fondo Pictec Clean Energy: “La energía no viaja a solas. Exige edificios sostenibles.
El 40% de la potencia de estos centros de datos se destina a su refrigeración. Son como soles incandescentes de información. Todo ocurre en un tiempo que —por primera vez en una década— aumentará con fuerza la demanda de electricidad en las economías emergentes y desarrolladas.” Por otro lado, los centros de datos, al consumir gran cantidad de energía, producen gran cantidad de calor y necesitan ser refrigerados, y uno de los principales elementos que utilizan los centros de datos para ser refrigerados es el agua potable, utilizando 7 millones de litros de agua al día.
Si en el 2024 esta situación es alarmante, pensemos en que, según un informe del diario El País de España: «La cantidad de centros de datos que se va a necesitar para 2035 será de entre 10 y 20 veces más de las que tenemos actualmente, esto sumado a que según el Informe sobre Centros de Datos, elaborado en febrero del 2020 por Copenhagen Centre on Energy Efficiency: ”Para 2030, se espera que las TIC representen más del 20% de la demanda mundial de electricidad, y un tercio de esa demanda provendrá de los centros de datos.
Los gigantes tecnológicos como Google, Microsoft, Amazon Web Services y recientemente Meta, son quienes controlan la construcción y el uso de estas instalaciones y quienes les prestan servicio de almacenamiento a firmas como OpenAI y Anthropic, desarrolladores de ChatGPT y Claude respectivamente, entre otras, y están seriamente comprometidas con el cuidado ambiental mediante el uso de energía solar y eólica, pero ¿lo están todas las plataformas y herramientas que usamos? ¿Estamos colaborando con un daño ambiental sin saberlo? ¿Sabías que por cada 100 palabras que genera ChatGPT o Gemini o Perplexity estamos usando 3 botellas de 750 ml de agua potable?
De nosotros depende elegir correctamente qué herramientas usar y que no sean estas herramientas las que nos elijan mediante nuestra natural y muy humana tendencia de hacer todo más fácil y rápido.
No siempre más es mejor
Como es de esperar Los Estados Unidos de América lidera el número de centros de datos a nivel mundial, al 2021 poseía 2670 centros, seguido muy de lejos por El Reino Unido con 452 y Alemania con 443. Estas cifras reflejan una inversión de 260 millones de dólares al 2024.
Sin embargo esto no parece ser suficiente: El Superclúster Memphis de la firma tecnológica X ha empezado a operar este lunes para entrenar la siguiente generación del modelo de lenguaje grande (LLM, en inglés) Grok3, como ha anunciado el magnate Elon Musk. La ciudad de Memphis (Tennessee, Estados Unidos) acoge un clúster dotado de 100.000 GPU Nvidia H100s en una sola estructura RDMA y con sistema de refrigeración líquida, impulsado por los equipos de la firma de inteligencia artificial (IA) xAI y la red social X. Este es, según Musk, el «clúster de entrenamiento de IA más poderoso del mundo«. y ¿Qué significa esto? Pues simple y penosamente, más consumo de energía y de agua.
Después de leer esta información me pregunto: ¿serán suficientes los recursos naturales para sostener esta pugna entre gigantes tecnológicos y magnates insensibles? Pues aquí va la respuesta. Según el New York Times, la demanda de energía se ha acelerado debido a las grandes inversiones que las empresas tecnológicas han realizado en inteligencia artificial, la cual requiere mucha más potencia que otros negocios tecnológicos más convencionales, por ello Amazon, Google y Microsoft, hambrientos de energía, recurren a la energía nuclear. Además, hace pocos días el sitio web Genbeta publicó que Meta considera que solo dos reactores nucleares son la solución al enorme gasto energético que supone usar la IA.
Teniendo en cuenta que en general, una central nuclear de 1.000 MW puede utilizar entre 15 y 20 hectómetros cúbicos de agua al año y un hectómetro cúbico equivale a mil millones de litros. ¿Será este el principio del fin? Al parecer la inteligencia artificial terminará con nosotros, no por asumir un rol como SKYNET en la saga de ficción Terminator, sino por su consumo masivo de nuestros recursos y nuestra egoísta hambre de hegemonía.
Recordando a Eduardo Galeano
Las venas abiertas de América Latina es una obra publicada en 1971 por el autor uruguayo Eduardo Galeano que examina la explotación económica y la historia de América Latina desde una perspectiva crítica. Sin ánimo de ser extremista, América Latina, y específicamente países como Perú, enfrenta una alta vulnerabilidad debido a la crisis global del agua.
Según informes recientes, para 2030, el 58% de la población peruana vivirá en zonas con escasez de agua. Esta realidad contrasta con la creciente demanda hídrica de la IA y plantea un dilema ético: ¿es justificable priorizar el desarrollo tecnológico sobre el bienestar humano básico sobre todo en nuestra región?
Casos específicos, como el de Uruguay donde ya existe un data center de Google sujeto al cumplimiento de 7 condiciones y el de Cerrillos en Chile donde la misma firma se rindió ante las observaciones del gobierno chileno y anunció un rediseño de su plan original, ilustran los conflictos derivados de la instalación de centros de datos en regiones donde los recursos hídricos ya están bajo presión.
La situación en Perú es particularmente crítica, siendo catalogado como uno de los países más vulnerables al estrés hídrico en América Latina. A pesar de ello y pese a que el informe de CEPLAN (2023) afirma que al 2030 el 58 % de la población peruana vivirá en zonas con escasez de agua, producto de la crisis global por el agua que se avecina en el futuro y que tendrá al Perú como uno de los países más afectados en América Latina y el Caribe y que actualmente nuestro país se ubica en el puesto 66 del ranking de estrés hídrico de los estados miembros de las Naciones Unidas, colocando al Perú en un rango de estrés hídrico entre -40 % y -80 %, ubicándonos entre los países con mayor probabilidad de escasez de agua dulce para el 2040; evidenciando que el Perú se encuentra en una situación de alta vulnerabilidad al riesgo de la crisis por el agua, junto al impacto del cambio climático; un artículo del diario oficial el Peruano del 22 de junio del presente año lanza la temeraria aseveración de que el Perú se perfila como un actor clave en el escenario latinoamericano de los centros de datos, trazando un camino hacia la excelencia tecnológica. ¡Sin comentarios!
Medidas que parecen insignificantes, pero que son urgentes
El impacto ambiental de la inteligencia artificial es un recordatorio de que la innovación no puede darse al margen de la sostenibilidad. Mientras avanzamos hacia un futuro dominado por la tecnología, es crucial recordar que el verdadero progreso radica en armonizar nuestras aspiraciones con la capacidad del planeta para sostenerlas.
Solo a través de una acción colectiva y consciente podemos garantizar que la IA sea una herramienta para el bienestar global y no una amenaza para nuestra supervivencia. A medida que la IA avanza, es imperativo adoptar una perspectiva más consciente y sostenible. Esto implica:
- Tomar conciencia sobre el impacto ambiental revisando constantemente las actualizaciones en este tema.
- Optimizar su uso, eligiendo proveedores de servicio que estén comprometidos de alguna manera en reducir el impacto ambiental y que prioricen el uso de energías renovables y procesos de refrigeración menos invasivos.
- Educar continuamente promoviendo la sensibilización sobre el impacto ambiental de la tecnología, tanto en el ámbito académico como empresarial.
- Promover el uso responsable, utilizando correcta e inteligentemente las herramientas de IA.
Sin duda la inteligencia artificial ha irrumpido en nuestras vidas como una herramienta revolucionaria, transformando ámbitos tan diversos como la educación, el trabajo y la comunicación. Sin embargo, detrás de su atractivo y utilidad, se esconde una realidad que exige nuestra reflexión: su impacto ambiental y ético.
La expansión de centros de datos, impulsada por gigantes tecnológicos, plantea preguntas cruciales sobre sostenibilidad. Es inevitable preguntarnos si estamos priorizando de manera responsable nuestras decisiones tecnológicas frente a las necesidades básicas de millones de personas, especialmente en contextos de escasez hídrica.
La historia nos recuerda que el verdadero progreso no puede separarse de la sostenibilidad. El llamado a la acción no es solo para gobiernos y empresas, sino también para cada uno de nosotros, por lo tanto considero que este llamado trasciende la tecnología; es una reflexión sobre nuestra responsabilidad colectiva. ¿Estamos construyendo un mundo donde la innovación empodera sin destruir, o uno donde el costo del desarrollo es nuestra propia supervivencia? La respuesta dependerá de cómo equilibremos nuestras aspiraciones con la capacidad del planeta para sostenerlas.
Solo así la IA podrá ser una herramienta de bienestar global en lugar de un símbolo de nuestra desconexión con la naturaleza y nuestras propias prioridades humanas.
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Bibliografía:
EL Peruano. (2024). Perú, destino clave para la inversión en centros de datos. https://www.elperuano.pe/noticia/246195-peru-destino-clave-para-inversion-en-centros-de-datos
CNNChile. (2024). Google se rinde con proyecto original de Data Center en Cerrillos y anuncia futuro rediseño de la iniciativa. https : //www.cnn.com/negocios /google -se-rinde -con -proyecto -original -de-d-centro -en -cerrillos -y -anuncia -futuro -rediseño -de -la -iniciativa_20240917/
Infobae. (2024). Uruguay autorizó la construcción de un centro de datos de Google que empleará hasta 800 personas. https://www.infobae.com/américa /américa-latina /2024 /07 /25/uruguay -autorizo-la- construccion-de -un -centro -de -datos-de -google-que-empleara -hasta -800 -personas/
Genbeta. (2024). Meta considera que «solo dos reactores nucleares» son la solución al enorme gasto de energía que supone usar la IA. https://www.genbeta.com/a -fondo /meta -considera -que -solo -dos -reactores-nucleares-solucion -al -enorme-gasto -energia -que -supone -usar -Iowa
The New York Times. (2024). Amazon, Google y Microsoft, hambrientos de energía, recurren a la energía nuclear. https://www.nytimes.com/es/2024/10/18/espanol/negocios/amazon-google-microsoft-energia-nuclear.html?auth=login-google1tap&login=google1tap
Infobae. (2024). Elon Musk activa el «clúster de entrenamiento de IA más poderoso del mundo», con 100.000 GPU Nvidia H100s .https : //www.infobae.co/américa /agencias/2024 /07/23 /elon -almizcle -activa -el -cúmulo-de -entrenamiento-de -ia -mas-poderoso -del -mundo -con- 100000-gpu -nvidia -h100s/
El País. (2024). Cara y cruz de la inteligencia artificial en la transición ambiental. /https://elpais.com/extra/energias -renovables /2024 -11 -10 /cara -y -cruz- de -la -inteligencia -artificial-en -la -transición -amb.html